Cómo ya decía en el post anterior, en Yogyacarta se encuentra uno con una mini-agencia de viajes tras otra que ofrecen viajes organizados a distintos puntos de la isla (todo tres o cuatro veces más caro de lo que cuesta en realidad, claro). Nuestro próximo destino sería Bromo y buscabamos la forma de llegar allí en trasporte público, pero no nos lo ponían fácil…
Die Fahrt mit dem Minibus wurde noch abenteuerlicher als sie angefangen hatte. Der Fahrer musst wohl Zeit rausholen und fuhr immer schneller und riskanter. Von Sumatra waren wir ja schon so einiges gewohnt, aber dieser Fahrer hat dann regelmäßig auf einer in beiden Richtungen zweispurigen Straße auf der Gegenfahrbahn zu überholen versucht (dann gleich gerne 5-10 LKWs auf einmal)…
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Cómo ya decía en el post anterior, en Yogyacarta se encuentra uno con una mini-agencia de viajes tras otra que ofrecen viajes organizados a distintos puntos de la isla (todo tres o cuatro veces más caro de lo que cuesta en realidad, claro). Nuestro próximo destino sería Bromo y buscabamos la forma de llegar allí en trasporte público, pero no nos lo ponían facil. Parece como si hubiera una mafia (o todo el mundo parece conocer a alguien que trabaje en el negocio) porque cada vez que preguntabamos por alternativas a los viajes organizados, o no nos daban ninguna información, o nos daban el contacto de la agencia de viajes de su amigo/pariente o incluso nos mentían diciendo que no había alternativas. Y lo peor de todo es que el plan de viaje que ofrecen todas las agencias es totalmente absurdo: 10 horas de viaje en minibús hasta Bromo, para dormir allí un par de horas, levantarse a las 4 de la mañana para ver el amenecer a las 5 y sin perder un minuto acercarse a contrareloj al crater de volcán para estar de vuelta en el hotel a las 8 de la mañana (a las 8 de la mañana!!!) y continuar el viaje en minibus hacia el próximo destino. Y digo yo: Si me pego el palizón de 10 horas de viaje para ver el parque nacional, es para disfrutar del parque, sin estres y todo el tiempo que me de la gana! Teniamos claro que no pasaríamos por el aro y que buscaríamos la forma de ir a nuestro aire. Tal vez influenciados por la mala experiencia del bus nocturno a Bukittinggi, decidimos tomarnos el lujo de ir en minibús, (sobre todo porque no habíamos podido reservar hostal en Bromo y necesitabamos llegar a una hora razonable para poder buscar alguna habitación libre y no tener que dormir bajo algún Puente (a 2100 metros de altura y 4°C…) y la única alternativa posible era el bus de linea que supuestamente tardaba mucho más y con el que llegaríamos tardísimo a Bromo… (Más tarde nos enteraríamos de que también es posible hacer el viaje en tren, con aire acondicionado, por la mitad de precio y en casi la mitad de tiempo…En momentos asi no puedo no pensar en aquel hombre de la estación de Medán que nos decía que teníamos que aprender a confiar en la gente…Me gustaría, de verdad que sí! Pero a veces nos lo ponen difícil!)
En minibús pues. A las 8 de la mañana nos pusimos en marcha en dirección a Bromo. Las carreteras son mejores que las de Sumatra, a tramos incluso con dos carriles por sentido y, en general, la forma de conducir es menos agresiva. En general…Nuestro chofer en particular parecia disfrutar haciendonos pasar un mal rato en cada adelantamiento. A mitad del viaje tuvimos un pinchazo. La rueda de recambio no encajaba por lo que tuvimos que esperar a que pasara otro bus de la misma compañía que nos prestara la suya. Con la rueda “nueva” (que la verdad, no inspiraba mucha confianza) reanudamos la marcha. Llevabamos retraso y el conductor se empezó a poner nervioso conduciendo más agresivo aun, adelantando a cuatro,cinco, seis vehiculos de una vez, circulando por el carril contrario en plan kamikaze obligando a circular por el arcen no solo a las motos, como llevaba haciendo todo el trayecto, sino también a coches, furgonetas y a cualquiera que se le pusiera delante…un par de veces nos libramos por los pelos al volver de un volantazo a nuestro carril, otra un frenazo en seco nos libró de un choque frontal contra un camión… los que hasta entonces nos habiamos limitado a respirar hondo y cerrar los ojos en cada adelantamiento, le gritabamos como locos que fuera más despacio (e incluso alguna le daba patadas a su asiento…) pero el conductor no reaccionó a nuestras quejas y siguío conduciondo de la misma manera… En Probolingo tuvimos que apretujados como sardinas en lata en otro minibus para el ultimo tramo del viaje y tras una hora de curvas y más curvas llegamos por fin a Cermong Lawang a 2100 metros de altitud a los pies del Parque nacional Bromo-Tengger-Semeru. Eran ya las diez de la noche, y hacía un frío que pelaba. En el hostal ya no quedaban habitaciones libres y el resto de hoteles sobrepasaban nuestro presupuesto asi que acabamos aceptando una agujero mohoso de habitación. (total, solo dormiríamos tres horas…) Tras una sopa caliente y un Nasi Goreng en el ultramarinos del pueblo y esperar a que se me pasara el mareo y asentara el estomago nos fuimos a dormir (Yo con los leggins de invierno, jersey y tres mantas). Eran ya más de las doce de la noche. A las 3 de la madrugada sonó el despertador y veinte minutos después ya estabamos en marcha linterna en mano rumbo al mirador de Penanjakan para ver el amanecer sobre la Caldera. El camino estaba totalmente oscuro y no veíamos a nadie, lo que nos hacía dudar: “será el camino correcto? Seremos los primeros? O tal vez los últimos y llegamos tarde?” A la media hora de caminata empezaron a pasar los primeros 4×4 (La mayoría de los turistas se dejan trasnportar en 4×4 hasta el mirador). Cuando llegamos al primer mirador habría unas diez personas…diez minutos despues ya serían treinta. Decidimos seguir subiendo, junto con otros pocos atrevidos, por un camino más enpinado y estrecho hacia el segundo mirador. Y que buena decisión! Teníamos el mirador casi para nosotros solos y la vista de la caldera según iba amaneciendo y se iba esfumando la niebla era impresionante.
Allí conocimos a Luc y Emanuelle, dos franceses que viven en Singapur y que habían pasado la noche en tienda de campaña a pocos metros del mirador. Juntos descendimos a Cermong Lawang, rehaciendo el camino que habíamos hecho totalmente a oscuras horas atrás. A las 8 de la mañana las masas de turistas ya estaban montados en sus minibuses de camino a su próximo destino, y teníamos el parque nacional prácticamente para nosotros, todo un lujo! Andando descendimos al interior de la caldera, atravesamos el lago de arena hasta el volcán Bromo y subimos hasta asomarnos al crater humeante. Allí nos separamos de los dos aventureros franceses que tenían internción de bordearon el crater y acampar una noche mas el el Parque nacional. Nosotros debíamos volver y ponernos en marcha hacía nuestro siguente destino: El volcan Kawah Ijen.
En el trayecto hacía Probolingo conocimos a otra pareja alemana (Jan y Carla) que nos hablaron maravillas de su viaje en tren desde Jogja y nos contagiaron las ganas de seguir en tren la próxima etapa del viaje. Ellos cogerían un tren hacia Banyuwangi para pasar luego en Ferry a Bali, nosotros cogeriamos otro hacia Bondowoso. Al llegar a la estación, nuestro gozo en un pozo. La información de la Lonely Planet estaba anticuada y nuestra conexión ya no existia. Desmoralizados nos cargamos con las mochilas y nos pusimos en marcha rumbo a la estación de autobuses…Pero no anduvimos más de veinte metros y nos dimos la vuelta. Las últimas 36 horas habían sido agotadoras y ninguno de los dos tenía ni ganas ni fuerzas para otro largo viaje en autobús. Los sentimos Kawah Ijen, la próxima vez será. El cuerpo nos pide playa, el cuerpo nos pide Bali!
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Die Fahrt mit dem Minibus wurde noch abenteuerlicher als sie angefangen hatte. Der Fahrer musst wohl Zeit rausholen und fuhr immer schneller und riskanter. Von Sumatra waren wir ja schon so einiges gewohnt, aber dieser Fahrer hat dann regelmäßig auf einer in beiden Richtungen zweispurigen Straße auf der Gegenfahrbahn zu überholen versucht (dann gleich gerne 5-10 LKWs auf einmal), und zwar so dass er dabei entgegenkommende Fahrzeuge abdrängte und auf deren äußere Spur zwang – und das bei ca. 100 km/h und mit nem schäbigen Ersatzreifen – Auf entgegenkommende Rollerfahrer hat er gar nicht mehr geachtet, mussten halt sehen wo sie bleiben. Nach zwei Beinahe crashs und einer kompletten Vollbremsung (er konnte gerade noch rechtzeitig einscheren bevor der LKW angerauscht kam) haben wir dann den Fahrer angeschrien, er solle langsamer fahren – aber wir kennen das ja schon, er ließ sich davon wenig beeindrucken. Für letzte Stück mussten wir umsteigen, und kamen aber erst gegen 10 Uhr abends im Nebel bei einer Schweinekälte in Cermong Lawang an, der Basisstation für den Bromo Aufstieg (nachts soll es auf dem Bromo 4 °C kalt sein). Da das Hostel schon ausgebucht war, mussten wir dann noch nen homestay organisieren wobei wir mangels Alternativen letztendlich viel zu viel bezahlt haben für diese ranzige Zimmer ohne Heizung. Wie schon angedeutet, ist Bromo eine ziemliche Touristenfalle. Die Preise sind exorbitant und Massen an Touristen werden hier täglich durchgeschleust, wobei es sich aber um “Pauschaltouristen“ (ohne Kenntnis der üblichen Preise) handelt, die vor ihren 2-3 Wochen Bali-Urlaub sich noch schnell Gunung Bromo angucken. Eigentlich alle buchen dabei fest organisierte Reisen innerhalb von 3 Tagen nach Bali. Demzufolge wimmelt es nur so von Agents und „Tour Packages“, was das ganze recht anstrengend macht – eine Art Kartell hat sich dort gebildet, die sich untereinander abstimmen und die Leute dich auch ganz glatt anlügen, (z.B. über die Fahrtzeiten, Routen und Abfahrtzeiten der lokalen Buslinien) nur damit du bei ihnen oder einem ihrer guten Freunde den nächsten Transport (Tour) buchst.
Bei den Packages hat uns am meisten gestört, dass ein strikter Zeitplan herrscht, für den Sonnenaufgang bleiben dann teilweise nicht mal 30 Minuten bevor man schon weiter muss. Wir haben also alles links liegen lassen und uns nach 3 Stunden Schlaf morgens zu Fuß in Richtung Gunung Penanjakan aufgemacht, um von dort den Sonnenaufgang zu sehen. An uns fuhren die Jeeps mit den Touristensardinen vorbei, aber bald kamen diese auch schon nicht mehr weiter da die Straße endet. Nach ein paar Metern zu Fuß, kann man entweder von einer Aussichtsplattform den Sonnenaufgang genießen oder noch weiter den Berg hochkrakseln. Das haben wir auch gemacht, mit uns noch ein paar wenige andere Wagemutige. Dort oben gibt es einen weiteren viewpoint, der gar kaum besucht ist, der der Aufstieg ziemlich anstrengend ist. Besonders schön wurde es schon kurze Zeit später, dann hatten wir die Aussicht für uns ganz alleine, weil die Touristen ja schnell wieder zurück zum Jeep mussten. Das heißt, nicht ganz alleine, denn wir haben dort zwei in Singapur lebende Franzosen kennengelernt, Luc und Emanuelle, beide Postdocs und diese „Verrückten“ sind schon Nachts auf den Berg hoch und haben dort oben gezeltet. Echt beindruckend, auch wenn die Stille mitten in der Nacht geendet hat wegen der anrauschenden Jeeparmada. Gemeinsam mit den beiden sind wir abgestiegen und dann noch zu dem Vulkan Bromo selbst hingewandert um dessen Krater zu bestaunen. Auch da waren die Hundertschaften an Westlern mittlerweile wieder weg, so dass wir uns den Vulkankrater ganz gemütlich anschauen konnten. Nach dem wunderschönen Tag mit Luc und Emanuelle, sind wir dann wieder gen Hostel aufgebrochen, während die beiden den Krater umlaufen wollten um sich dann dort oben einen Platz zu suchen um eine weitere Nacht in Einsamkeit zu verbringen. Auch eine richtig tolle Idee, aber wir wollten weiter.
Bei der Fahrt mit dem public Bus nach Probollingo haben wir ein deutsches Pärchen (Jan und Carla) kennengelernt und uns gleich gut verstanden. Die beiden haben so von ihrer Fahrt mit dem Zug von Yogyakarta nach Probolinggo geschwärmt (unser Chaos Mini-Bus Fahrt), dass wir richtig Lust bekommen haben für die nächste Etappe zum Mount Ijen auch den Zug zu nehmen. Gemeinsam gings zum Bahnhof aber leider stellte sich der Zugverbindungsplan im Lonely Planet als veraltet heraus, die Strecke nach Bondowoso wurde stillgelegt. Das hätte für uns bedeutet, zurück mit nem Taxi zum Bus Terminal zu fahren um sich dort wieder mit den ganzen Halsabschneider-agents rumzuschlagen. Die Busfahrt hätte so ca. 5 h gedauert, von dort hätten wir noch nen privaten Transfer (es gibt wohl keine Busse) mit weiterer Zwischenstation organisieren müssen nach Sempol, der Basisstation für den Gunung Ijen, und das alles wieder nachts. Nach nur 3 Stunden Schlaf und 2 bestiegenen Bergen an einem Tag fiel es uns nicht schwer, einfach spontan all unsere Pläne über den Haufen zu werfen und gemeinsam mit Jan und Carla etwas verfrüht mit dem Zug Bali entgegen zu reisen. Mount Ijen wollen wir aber auf jeden Fall noch sehen, beim nächsten Mal dann. Diese Hölle aus Dampf und Schwefel können wir uns doch nicht entgehen lassen.
Bali also, endlich Bali! Endlich Surfen 😉 Nach ner Nacht in einer schäbigen Absteige mit siffigem Laken und ohne Dusche (Hotel Baru – Lonely Planet tip ??) in Banyuwangi geht’s heute weiter mit der Fähre nach Bali.